La verdad nos hará libres; pero nunca se supo cuál era la verdad.-hay de los que piensan que siempre se supo-.
Tal vez haga falta pasarlo a negativo: no nos librará lo que no sea verdadero.
Así fue que comenzó a liberarse. Se deshizo de los disfraces, se desnudó de apariencias y se quedó sin espejos.
Regaló como San Francisco cuanto material lo sujetaba. Renunció a juzgar y a controlar lo incontrolable -prácticamento todo-. Lavó pies sucios; se bañó en agua fría.
Se sintió libre finalmente.
Si esa no era la verdad, nunca había estado tan cerca.
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