viernes, 30 de enero de 2009

Andábamos sin pensarnos


Burbujita que me llevas,
a mi y a ella;
será mejor no pensarte.
Ni siquiera las espinas de la flor
o el calor que te derribaran te piensan.

Oh! Que pecado sería pensarte!

* la fotografía pertenece a Dany
http://flickr.com/people/rogerdany/

La peor hora

Se siente demasiado cerca,
y hay razones para sospechar que es verdad.

Espera a la vulta de la esquina,
y uno nunca esta muy lejos de la esquina.

-siempre se esta saliendo, o bien se esta llegando.-

El miedo a que todo termine;
a volver a caer,
pero con el adicional que cada nueva caída,
multiplica el dolor al cuadrado.
Dolor que es en parte el fracaso,
del pensamiento y del sentimiento.
Fracaso generacional,
de la flor y de la esperanza.

Los espejos que reflejan las agujas
de la peor hora.

Sin embargo hay palabras que salen a luchar,
por los relojes sin agujas,
las esquinas sin rincones.
Palabras que van haciendo el poema
como a la vida,

que dan vuelta a la esquina
como a la página.

miércoles, 21 de enero de 2009

El dedo meñique del cienpiés.*

Acontece la sensación.
El punto desde donde surge la posterior reacción en cadena.
Surgen así más emociones y estas palabras.

Todo lo que se diga después,
Esto y lo de Uds. Lo que sigue.
Hay que buscarlo en aquél acontecimiento.

Mala educación

Una sensación que invade en un santiamén todo,
Especialmente la cara en todas sus cavidades.
Los dos ojos de la nariz se repliegan o constriñen,
Como una Raba en aceite hirviendo.

Fugazmente se cruza la vergüenza,
Que no puede convencer a nadie.
La boca grita con mucha fuerza,
Y expulsa –a los que verdaderamente gritaron-

Estos venían de todos lados,
Pero da la sensación como si rozaran los ojos y el lado de adentro de la nariz.
-el verdadero lado de adentro, del otro lado de la cara-
Y salieron volando.

El suspiro, la memoria que proyectaba
la imagen bastante fidedigna de las caras de los demás comensales,
la vergüenza vuelve y se apodera,
como si nunca hubiese huido despavorida
El plato de fideos
Alguien dice Achís!

(el lector puede decir enfatizando: H achís!)