martes, 15 de abril de 2008

ABSTRACCIÓN


Los sueños son más auténticos
que los pensamientos.

Provienen del inconsciente,
de ese abismo de colores
desordenado y pasado de moda.

Entre soñar que se muere
y pensar que se muere,
lo primero es más peligroso que lo segundo.
El cuerpo le cree más al sueño que al pensamiento.

Pero después de todo,
lo más peligroso es lo concreto.
La única muerte que mata
es la real.

Entonces; luego de la muerte concreta,
¿Qué es lo más peligroso?

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