sábado, 25 de octubre de 2008

Visitante

El sueño viene
como vienen las cosas que sólo se dejan ver
una vez que ya están adentro.

Aparece de improviso
como lo hacen las cosas
que nunca se pueden ver desde una ventana.

No se puede saber donde vive,
donde duerme.
Intuyo que entra en mí.

Noches de excepcional lucidez,
me permiten verlo pasar.
sentir el roce del aire que provoca la velocidad.

Golpearme,
como golpea la luz al llegar.

Al despertar sólo quedan rastros,
olvidados por el sueño:
que al despertar se habrá ido.

1 comentario:

Mona lisa dijo...

Tu poesía vibra. O al menos, hace vibrar. Me encanta.