Miradas que enriquecen el lunguaje
y no entienden el idioma.
Miradas que se huelen,
miradas que se palpan,
miradas que conversan y penetran.
Miradas herméticas de ellas,
colgadas del momento.
Miradas que se abren paso,
Miradas sin vergüenza.
Miradas que respiran,
y encienden en lo inhóspito un fuego invisible.
Miradas que se clavan
como lanzas de la visión.
Seducción inteligente,
de miradas que sin hablar enriquecen el lenguaje.
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